jueves, 27 de agosto de 2009

lagortodisea



Hace muchos años, la humanidad desapareció de la faz de la tierra. En aquel fatídico día el mundo fue arrasado en cuestión de horas por el fuego, y entre la confusión, Ignacio perdió su ojo, se desprendió de su cabeza y rodó. El ojo se sepultó en la tierra, olvidado, pasó 40 millones de años sólo y parpadeando, contemplando el tiempo.

Al fin, después de tantos años, la lagartija se miró a sí misma, y no supo hacia dónde ir. Vagó por 40 días y 40 noches, yendo más allá del valle que era su patria, más allá de las montañas, hasta que cansado, se detuvo a descansar.

Miró a su izquierda, y el árbol-ojo parpadeó. Finalmente, la lagartija lo saludó extrañada, y le preguntó cómo se llamaba. Muy para la sorpresa de la lagartija, el ojo le respondió, y conversaron por un rato.

-el camino termina dónde termina el caminar. ¿Por qué acá?- dijo parpadeando
-después de miles de kilómetros, no me quedó otro lugar a donde ir, mas que dar dos pasos hacia atrás, y descansar.

Como era el primer viajero que veía en 40 millones de años, el ojo repentinamente tomó consciencia de aquellos millones de años, en un instante de lucidez, no se le ocurrió nada más que preguntar:

-¿y tú? ¿qué haces acá?

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kauros, ¿cómo se hacen los posoteos? me sale como una lista y no se k onda

3 comentarios:

  1. yo le hubiese preguntado a la lagartija por qué andaba de oficina...

    :)

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  2. por que les había llegado el capitalismo a las lagartijas po chica

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